Hoy al medio día me he comido un generoso filete de lomo alto de ternera norteamericana (Pime Rib) a la parrilla con una ensalada de lechuga y cebolla, lo que, al menos para mí, es un manjar casi sin igual. Y digo casi sin igual porque en mi escala de valores proteínicos, tan sólo el buen marisco está por encima de la ternera norteamericana de calidad «Prime», o sea, bien veteada de grasa, como si de un buen jamón de bellota se tratrase. También el Buey Kobe o el Wagiu Kobe en su defecto están por encima, pero de eso como más bien poco.
El caso es que aunque pretendía disfrutar enormemente de mi Prime Rib, me ha costado trabajo sabiendo que un tipo se andaba pegando un homenaje de marisco bien merecido en un lugar que desconozco. Tampoco conozco al tipo, pero se que la jugada le ha salido sublime y que, forzosamente tiene que estar celebrándolo. El tipo en cuestión es el encargado de marketing o promoción de la productora Tripictures o en su defecto de la película Larry Crowne, de Julia Roberts y Tom Hanks.
Vaya por delante que hasta esta mañana desconocía la existencia de la película. Supongo que muchos otros también. Por si no habéis dado un repaso a los digitales hoy, ni habéis vistos las noticias en Televisión, la noticia de que la DGT ha multado a la productora por infringir el artículo 52 de la ley de tráfico ha estado omnipresente todo el día. Antena 3, en plena campaña electoral, le ha dedicado cerca de dos minutos, que ya los querría yo para mí.
Aparentemente, el artículo 52 de la ley de tráfico prohíbe la publicidad con vehículos a motor en las que se infrinjan leyes de tráfico o se incite a la «conducción temeraria». No soy abogado y los jueces en este país son impredecibles, pero se me antoja que es difícil que la condena ocurra por dos motivos. Para empezar, no se que ley de tráfico prohibe montar en «Vespa» por el cielo sin casco. Para rematar, el cartel a lo que incita es a ir a ver la película, no a montar en moto. Suponer lo contrario significaría que el cartel promocional de Viernes 13 incita al asesinato, el de Superman al suicidio (salvo que sepamos volar), el de Tiburón a no bañarse en Long Island, y el de Vacaciones de Verano con el Pepino en la Mano, bueno, pues a lo que sea que incite, que me parece que no es a hacer gazpacho… aunque quizá tenga que decidirlo el mismo imbécil que ha impuesto la sanción a la de la Roberts.
Volviendo al tema del marisco y el filete, este hombre del que hablaba se ha debido dar un homenaje en toda regla. Estos son los números que a groso modo saco, siendo conservador:
1. Ha aparecido, digamos para ser consevadores, un minuto en los telediarios, mañana y noche (suelen repetir), nacionales. Esto le ha debido reportar unos 90 GRPS de 20» sin contar televisiones locales. Si estimamos, también de manera conservadora, un coste medio de GRP de 20» nacional y regional prime de 1.300€, ahí van 117.000€ de coste de publicidad que le han salido gratis.
2. En los medios on-line, calculo que ha podido generar (estaba en las portadas de todos) unos 5 millones de visionados. Si suponemos, otra vez de manera conservadora, un coste de impacto visual de 2,5 céntimos de euro por impacto, ahí tenemos otros 125.000€ de publicidad gratuita.
3. No sigo la radio (al menos la de noticias) pero supongo que podemos aplicar una regla mediante la cual el 10% de una campaña publicitaria potente se destina a radio, por lo que podemos suponer un coste de campaña total de 300.000€ diario incluyendo otros medios y asignarle a la radio una exposición equivalente a 30.000€ más.
Todo ello, sumado, hacen 272.000€ (o 300.000€ si incluimos otros medios de exposición, como por ejemplo este blog). Que nadie piense que es una cifra desdeñable. Se trata del impacto en un día. Muy pocas campañas tienen ese coste diario. Hay que pensar que una campaña de 30 días con este coste diario acabaría finalmente entre 8.160.000€ y 9.000.000€. Esto está al alcance de muy pocos anunciantes.
De manera que, si finalmente tienen que abonar la multa (30.000€), les segirán sobrando unos 250.000€ de la jugada de marketing que han conseguido. Por ende, muchos kilos de marisco que se pueden permitir y yo que los envidio sanamente.
Esto es un tópico, pero estoy convencido de que algo así sólo puede pasar en España. En ningún otro país supuestamente civilizado le pagaríamos a un funcionario por perder el tiempo de esta manera iniciando cazas de brujas contra carteles cinematográficos y beneficiar a un particular de manera descarada. ¿Realmente alguien en su sano juicio piensa que puede incidir en el uso del casco un cartel de una película? Ya se que aquí no dimite nunca nadie, y menos Pepín Blanco el «campeón», pero no estaria de más poder despedir a este memo o al menos mandarle a clases de filosofía y lógica para que pueda ser consciente del resultado final de sus memeces.