Burocracia
Burocracia

El martes estuve en una conferencia de Javier Imbroda titulada «¿Cómo liderar a un equipo hacia el éxito?». Javier Imbroda tiene un excelente palmarés como entrenador de baloncesto, siendo el único que ha conseguido ganar con la selección Española a la selección de EE.UU. en competición oficial (Indianapolis 2002), así que se me antojó interesante lo que tuviese que decir acerca de coger a un grupo de personas y liderarlas hacia el éxito. La conferencia cumplió mis expectativas y nos dejó una reflexión que es la que quiero comentar hoy. Decía el Sr. Imbroda que la situación actual hace que nuestros jóvenes, la generación más preparada de todas, se vaya de España y no tenga intenciones de volver. Nos hacía un llamamiento para tratar de detener este éxodo de algún modo, o al menos conseguir que tras unos años de formación en el extranjero, estos jóvenes volvieran para aportar sangre fresca a nuestro tejido empresarial. Decía que podían generar autoempleo en España.

Lo cierto es que de eso puedo hablar un poco ya que he estado más de siete años fuera de España entre estudios y trabajo. No diré que me arrepiento de haber vuelto, pero desde luego, si volviese a plantearse la situación, optaría por quedarme fuera. Hay muchos falsos motivos que se esconden en esta búsqueda de trabajo en el extranjero, siendo el principal el paro que afecta brutalmente a nuestro país. Sin embargo, es incierto que sea el paro el motivo por el que los jóvenes se van. Si la generación está tan preparada como dice el Sr. Imbroda, que creo que en parte tampoco es muy cierto, podría generar autoempleo, construir sus empresas y lanzar sus proyectos aquí mismo.

Decía el Sr. Imbroda que hay poca financiación, y es cierto también. Pero lo que no dijo, lo que yo quiero comentar, es que hay que ser absolutamente masoquista para crear autoempleo aquí, en especial cuando se ha visto lo que se cuece fuera de nuestras fronteras.

Supongamos que Pepito Pérez, Ingeniero Informático, que habla Español, Inglés y algo de Alemán, tiene un MBA y ha hecho innumerables cursos de formación, quiere comenzar su negocio en su ciudad, Málaga. Tiene un buen proyecto de empresa y quiere dedicarse a la consultoría informática, así que no debería tener problemas en encontrar clientes en un mercado tan innovador como la informática.

Lo primero que tiene que hacer Pepito es darse de alta como autónomo para ser administrador de su futura sociedad, pasando por caja de manera mensual por el resto de sus días, gane dinero o no, tenga ingresos o no. Después, debe solicitar al registro mercantil central aprobación para usar un nombre de empresa que ha elegido, pasando nuevamente por caja. Una vez que dispone del certificado del nombre que ha escogido, debe conseguir un mínimo de 3.000 euros y depositarlos en una cuenta bancaria, donde serán retenidos hasta que la sociedad haya sido constituida completamente, lo que puede demorarse hasta un mes en función de ciertas variables. Con el certificado del banco, debe ir a un abogado o una asesoría a que le redacten unos estatutos de la empresa que desea constituir, pasando nuevamente por caja. Una vez que dispone de los estatutos, el certificado del nombre y el certificado del banco, Pepito está listo para ir al Notario a constituir su empresa, pasando por la caja del señor notario, que de algo tiene que vivir. Con las escrituras de constitución, Pepito debe ir a la Agencia Tributaria a conseguir su código de identificación fiscal y registrarse en el registro de actividades económicas, que aunque ahora es gratuito, hay que seguir haciéndo el trámite burocrático. También debe llevar las escrituras a la Junta de Andalucía, pasando por caja (creo que ahora hay alguna exención al respecto), y finalmente ir al Registro Mercantil de Málaga, pasando de nuevo por caja, para registrar las escrituras de la sociedad.

Después de esta cantidad de gastos y gestiones, Pepito cree que está listo para empezar. Pobrecillo. No tiene ni idea de lo que le espera. Para poder trabajar en algún sitio físico, Pepito debe registrar el local en el que vaya a realizar la actividad con el ayuntamiento de Málaga, pasando por caja. Curiosamente, el ayuntamiento le cobra por la basura, incluso si su empresa no produce basura alguna (Empresa por Internet) o si se encuentra en un local que ya paga basura a través del impuesto que se aplica al agua. En fin, ¿Qué se le va a hacer? Pepito pasa por caja del ayuntamiento también. Sin embargo, Pepito necesita más cosas todavía…

Ahora Pepito quiere usar el nombre de su empresa como marca comercial. ¿Para qué si no habría decidido escoger un nombre tan sugerente como Informática Pepito? Pero Pepito descubre que el registro del nombre de la sociedad no le da derecho a usar el nombre comercialmente (chúpate esa), y que tiene que realizar un nuevo trámite, pasando por caja por supuesto, con la oficina de marcas y patentes del ministerio, y esperar un par de meses para saber si puede usar el nombre o no.

Suena el teléfono… ¿Será un cliente? No. Es una empresa que ha visto su inscripción en el registro mercantil y le llama para recordarle la obligatoriedad de tener un plan de prevención de riesgos laborales actualizado. «¿De qué riesgo me hablan?» – Pregunta Pepito. «Soy una empresa de informática. Mi riesgo más alto es que no me paguen por mi trabajo». Nada, nada, Sr. Pérez… a pasar por caja nuevamente. Vuelve a sonar el teléfono… para recordarle la obligatoriedad de registrar sus bases de datos en la Agencia Española de Protección de Datos… Y vuelve a sonar… «Sr. Pérez, no se olvide, si va a contratar a alguien, aunque sólo sea un par de horas a la semana, que tiene que tener una mutua de accidentes de trabajo». Y suena nuevamente, para preguntarle si tienen enlace sindical y representante de los trabajadores… y así se pasa el día Pepito, atendiendo trámites absurdos de todo tipo en lugar de produciendo.

Pepito, que aunque tenga muchas titulaciones y sepa mucho, es humano, acaba hasta las narices de la burocracia, los funcionarios, los políticos, las distintas administraciones que le chupan la sangre y las normas estúpidas y absurdas de este país, y decide emigrar a un país Anglosajón. Tiene que pensar en el país adecudado…

Si Pepito se va a Estados Unidos, allí se cambia el nombre por el de Johny Smith, se acerca al ayuntamiento de su pueblo y se registra, de manera gratuita, como Johny Smith, DBA «Johny Computing», que signigica Doing Business As (haciendo negocios como)  Informática Johny. Johny ya tiene todo lo que necesita para empezar a trabajar y producir.

Si Pepito se va a Inglaterra, allí se cambia el nombre por el de Johny English, se mete en Internet y en 30 minutos con un coste de unos 75 euros, tiene constituida legalmente su empresa Johny Computing Services y está listo para empezar a trabajar.

Todavía, a día de hoy, hay quien le pregunta a Pepito ¿Por qué te vas?

3 Comments

  1. Ilustraré mi caso, en linea con el artículo, para dar mi opinión, y es verdíco, pero omitiré referencias. Córdoba, pareja se endeuda para poner tras 3 años de gestiones un negocio en una buena zona turística, se endeuda con 20M de pesetas. Ha habido un cambio de gobierno. Cuando abre, a la semana siguiente le instalan competencia directa en la misma calle, habiéndose aligerado el proceso de la gestión de la otra empresa a la mitad, 1 año. (de dudosa procedencia)

    Ahora ve peligrar su negocio, y endeudado.

    Pues eso, por qué te quedas?

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