Aparcando cerca del yate
Aparcando cerca del yate

La más plausible prueba de que la teoría de la selección natural de las especies de Charles Darwin no puede ser cierta está precisamente en los conductores. ¿Cómo es posible que viniendo todos de una misma especie conduzcamos de manera tan diferente? A mí me parece más adecuado admitir de una vez por todas que el ser humano no es una única especie y que las distintas cepas provienen de distintos seres ancestrales.

En un pequeño experimento llevado a cabo esta mañana mientras circulaba con mi moto, he podido constatar que existen, al menos, 6 especies distintas de homínidos al volante en mi ciudad y cada una de ellas tiene unas características especiales que la hacen muy distinta al resto. Es indudable que a su vez estas especies tienen que descender necesariamente de líneas genealógicas con distintos orígenes, tal y como he dicho antes, eliminando por completo la posibilidad de que Darwin estuviese en lo cierto.

Veamos en detalle los hallazgos de mi experimento. Como he dicho, existen al menos 6 homínidos distintos. Dado que soy el genuino descubridor de esta clasificación de las especies de homínidos, me tomo la libertad de ponerles nombre a cada uno de ellos, y ya puesto a tomarme libertades, me tomo la de cargarme el Latín a mi antojo:

1. Homo Horripilus Socialis: Este sujeto siente, desde que adquiere el carnet de conducir, el deber social de comprar vehículos terriblemente feos que nadie más compra, para fomentar la diversidad del parque móvil. Se distingue de las otras especies en que, consistentemente, conduce de manera torpe y lleva la cabeza embutida entre los hombros, tratando de pasar desapercibido, lo cual es del todo imposible dado el trasto en el que va subido. Es habitual verlos circular en un Renault Twingo, una Fiat Multipla o un Suzuki X-90 de manera errática, sin rumbo fijo y con una expresión a medio camino entre el orgullo y la satisfacción por el deber cumplido.

2. Homo Sordis Macarrus: El auténtico camaleón del asfalto, puede aparecer en cualquier vehículo y en cualquier momento, cuando menos te lo esperes. Siempre lleva las ventanas abiertas y la música a todo volumen. Da igual que conduzca un Dacia o un Porsche, el equipo de música de fábrica que trae su coche es inmediatamente sustituido por el más grande que su nómina le permite comprar en el momento de la adquisición del vehículo. Curiosamente, este ejemplar evoluciona con el paso de los años al ritmo de las discográficas. Así, desde su clásico «Porom Pompero» ha evolucionado hasta nuestros días en que es frecuente verle (y oirle) al son de cualquier canción de Hip-Hop actual cuyo nombre desconozco. Yo me inclino a que esta especie tiene parte de su ascendencia en los rumiantes porque, casi siempre, van mascando chicle con la boca abierta. También puede provenir de alguna especie de murciélago porque, consistentemente, llevan unas tremendas gafas de sol que no permiten la entrada de la más mínima luz. Puede que incluso queprovenga de Groenlandia pues, independientemente del frío que haga, se pasea por la ciudad en camiseta interior de tirantes.

3. Homo Sinistra: Equiparable a los Homo Sapiens de Sangre Azul de nuestra reciente historia, esta especia nace con una serie de privilegios sobre el resto de las especies, siendo su principal potestad la de circular siempre por la izquierda, en cualquier circunstancia y a cualquier velocidad, independientemente del mogollón que estén formando a sus espaldas. Además, ofrecen una desviación genética en los dedos de su mano izquierda que les hace lanzarte una ráfaga de luces largas cuando, ya desesperado, los acabas adelantando por la derecha. Curiosamente, y probablemente debido a la desviación genética a la que antes hacía referencia, el Homo Sinistra tiene tendencia a conducir de noche sin luces y a realizar cambios de dirección sin usar los intermitentes.

4. Homo Filius Scortum: También conocido como Homo Invidiae es una de las peores especies que te puedes encontrar en la jungla de asfalto. Si vas en moto, se pega al coche de al lado para que no puedas pasar. Si tienes que incorporarte a su carril, se apresura a cerrarte el paso con el morro de su habitualmente carcomido y pestilente vehículo. Si vas detrás de el en una calle de un sólo carril y te aproximas a un semáforo, él reduce la velocidad de manera constante hasta que el semáforo se pone en rojo y, sólo entonces, acelera como un poseso para saltárselo y dejarte a ti jodido. Creo que además, cuando el Homo Filius Scortum va de peaton, se dedica a arañar con su llave cualquier vehículo que le parezca bonito, caro o ambas cosas. De ahí su sobrenombre de Homo Invidiae.

5. Homo Fumatus: Esta peligrosa especie llena nuestros cementerios. Cuando circula como peaton siempre está presto a lanzarse delante del coche que viene circulando «porque hay un paso de cebra y él tiene preferencia en cruzar» y cuando es el conductor del vehículo, no mira antes de cambiar de carril porque como ha puesto el intermitente «esto le da derecho a echarse encima de tu vehículo sin mirar». Además, se salta semáforos, señales de ceda el paso y stops, circula en dirección contraria y, en ocasiones, arranca antes de que le quiten la manguera de combustible de la boca de llenado de su vehículo, circunstancia que en ocasiones tarda días en observar pese a ir arrastrando un surtidor por toda la ciudad.

6. Homo Laevus Despistatum: Presume de no fumar, de no gustarle el móvil, de llegar siempre a su hora pero la realidad oculta a un peligroso especímen de inversas costumbres: Siempre conduce hablando por teléfono. No sabe lo que es un manos libres. Los machos se peinan las cejas y miran las ojeras en el retrovisor mientras que las hembras se maquillan y pintan los labios mientras discuten con sus maridos o madres por el móvil. Los que fuman, se tiran la ceniza ardiendo encima constantemente y a veces, en su intento por tirar una colilla encendida por una ventana que inadvertidamente estaba cerrada, han estado a punto de morir carbinizados. Si ve uno por la carretera, no lo dude, adelántelo como alma que lleva el diablo y déjelo atrás lo antes posible. De otro modo, acabará irremediablemente chocando con él.

Si me he dejado alguna, estoy más que dispuesto a añadirla al catálogo. Os dejo con algunas imágenes de lo que son capaces de hacer estos  homínidos…

Conductores
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9 Comments

  1. Te falta el homo tontus del culo, que es aquel que cuando vas en carreter a 120 dejando la distancia de seguridad con el de delante viene ÉL a 130, te adelanta y se te planta inmediatamente delante, convirtiendo la distancia de seguridad en su espacio personal. Esta especie también suele adelantarte a sus 130 para inmediatamente, cuando se pone delante rebajar a 115 metiendote su culo en tu parabrisas, porque no es que quiera ir más deprisa, es que le molestas delante y cuando vas detrás ya te olvida.
    También está el HOMO QUITACOÑO que es cuano adelantas sobrepasando ya ligeramente los 120 por el carril de la izquierda a una fila de 4 ó 5 coches, este se te planta detrás pegado que casi puede oler tu culo, y te aprieta y da las luces para que adelantes a 140 o así, que es a lo que quiere ir él. Yo suelo adelantar aun más despacio y apartarme lentamente cuano he terminado para hacerles rabiar, pero al final he de ceder porque a esa velocidad no se puede jugar.

  2. Pensador, el Homo Tontus del Culo, con el tema de la distancia de seguridad, me costó un accidente hace años cuando se me coló delante por la derecha e inmediatamente frenó al ver que los de delante estaban frenando también. No se como he podido olvidarlo! Lo meto en la lista 🙂

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